26/1/2010
¿A quién subvenciona la PAC?
Francisco Carreño Sandoval. Profesor del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia y secretario de la Asociación de Turismo Rural de Murcia (Noratur).
La Política Agraria Común (PAC) constituye un pilar básico en la estructura del proyecto Comunitario. Se incorpora a las Comunidades Europeas desde los primeros momentos y ha sido la punta de lanza de la integración en Europa a la que se han ido sumando otras Políticas Propias transferidas desde los Estados miembros -Política de Competencia, Política Monetaria-.
Existían muchas razones para dar este primer paso, asumir las políticas agrarias propias de los Estados fundadores al incorporar a un sector estratégico que permitiera compatibilizar un nivel de renta a los agricultores parecida, en su entorno, al resto de los sectores económicos. Igualmente el objetivo era tratar de asegurar el abastecimiento y permitir unos precios asumibles para los consumidores, intentando eliminar la volatilidad de precios.
En la actualidad, ¿han quedado obsoletos estos objetivos? Existe mucha presión para desmontar la PAC, desde dentro de la UE, los países con poco peso de su sector agrario y/o escasa vertebración social proponen desviar el presupuesto comunitario a otras políticas y desde fuera, los acuerdos en la Organización Mundial de Comercio (OMC) donde la UE esta utilizando el sector agrario como moneda de cambio para conseguir ventajas en el resto de negociaciones -comercio de manufacturas y servicios-.
Paralelamente a este planteamiento de la UE existe cierto apoyo social en esta dirección al considerar que con la globalización el problema del abastecimiento esta resuelto y en los "lineales" de las grandes superficies está asegurada la presencia de los bienes y servicios para la alimentación. Se afirma que "si no se produce aquí vendrá de fuera" (¿).
Este escenario implica una reconversión "sorda" de las actividades agrarias a la que países con mayor vertebración y fortaleza en su movimiento asociativo se oponen frontalmente (Francia) porque consideran que la pérdida de sus actividades primarias, además de eliminar el carácter estratégico en el autoabastecimiento, destruye un patrimonio rural y cultural de primera magnitud.
Mientras tanto, las rentas agrarias y los agricultores no dejan de disminuir, desapareciendo el recambio generacional. En este contexto las ayudas de la PAC o del nuevo Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) apoyan al sector en claro retroceso desde el punto relativo porque no logra que los agricultores cubran los costes y la consecuencia es la aceleración del proceso regresivo descrito.
Estamos pues en la actualidad en un escenario donde los agricultores producen a pérdidas y los consumidores no se benefician de esta caída de los precios. Este panorama plantea múltiples interrogantes. ¿Es posible y deseable que las actividades primarias pierdan su carácter estratégico? ¿Cómo se puede producir a pérdidas?, ¿no esta prohibido por la Política de la Competencia?, ¿Por qué subsisten los agricultores ante esta situación?, desde el medio urbano se cree que es por las subvenciones.
La realidad es que la falta de reacción ante este estado de las cosas y dejar de producir por parte de los agricultores, que seria lo habitual en cualquier otra actividad como estamos viendo en el comercio o en otras pequeñas empresas, lo explica la rigidez para reaccionar y abandonar la actividad agraria, porque el escenario de regresar no es posible -no se puede dejar una plantación de almendros o de viña para volver a los años- o existen otras razones difíciles de medir -tradición, evitar el éxodo-. Se aguanta "por si cambiara la situación" con lo que en realidad el panorama va empeorando, de ahí el elevado endeudamiento del sector.
Entonces, ¿quién se esta beneficiando de este statu quo?, claramente las cadenas de distribución con una demanda muy concentrada, fijan los precios y "dejan un "resto" claramente insuficiente para que los agricultores intenten cubrir costes y a estas grandes superficies les viene muy bien que la situación se mantenga con el engaño de las subvenciones. ¿Por qué el gasto en alimentación respecto al total de la renta familiar en España tiene que ser de los más reducidos de nuestro entorno cuando en Francia es prácticamente el doble? ¿Hay que cargarse a un sector que produce bienes seguros y saludables y mantiene una estructura básica para la sociedad para "liberar" renta con destino al ocio u otros bienes y servicios? Realmente no tiene ni pies ni cabeza esta situación y urge reaccionar a partir de una concienciación de la sociedad sobre el "coste social" de no tener agricultura, ¿tendrá que ver algo con esto, el proyecto de ley de Economía Sostenible?
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