Asaja cree que la reforma de la PAC «estrangula» al agricultor
La nueva PAC «pone en serio peligro la viabilidad de muchas explotaciones, precisamente las más eficientes»
Día 13/10/2011 - 17.58h
La organización agraria Asaja ha mostrado este jueves su oposición a la propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) presentada este miércoles por el comisario de Agricultura de la Comisión Europea, Dacian Ciolos, al considerar que ésta "estrangula al profesional agrario cargándole de burocracia, incrementando sus costes, exigiéndole prácticas que no deben cumplir sus competidores internacionales, limitándole su capacidad productiva y reduciendo sus ingresos agrarios y, por tanto, sus rentas". En un comunicado, Asaja ha explicado que esta reforma supone "un claro retroceso en la búsqueda de explotaciones viables, competitivas y orientadas al mercado", y "confirma los malos presagios" respecto a esta reforma.
Según esta organización agraria, España, que es el segundo perceptor de fondos agrarios de la UE, perderá anualmente más de 600 millones de euros "sólo en términos de pagos directos". Además, Asaja también rechaza la 'tasa plana' propuesta en la reforma de la PAC porque "pone en serio peligro la viabilidad de muchas explotaciones, precisamente las más eficientes, con altos rendimientos, pero también con importantes costes productivos". Del mismo modo, este mecanismo de 'tasa plana' forzaría "con toda probabilidad", según Asaja, "la necesidad de recurrir al Pago Acoplado Voluntario para intentar dar una respuesta a aquellas producciones de mayor coste, o con especial interés".
De esta manera, dicha organización agraria resalta que el porcentaje destinado a este efectos, "del cinco por ciento ampliable al diez por ciento, es claramente insuficiente, lo que obligará a solicitar su incremento, obviamente en perjuicio del resto de partidas presupuestarias". Esta situación, igualmente, se verá "agravada", a juicio de Asaja, "de prosperar las propuestas que dejan abierta la determinación del número de hectáreas elegibles para la percepción de dichos pagos". Así, España, "que actualmente tiene un número de hectáreas con derechos asignados por poco más de 15 millones, podría ver incrementada sustancialmente su superficie, lo que provocaría una reducción del valor unitario de los pagos básicos", según esta organización.
Las medidas medioambientales «no tienen sentido»
Asaja cree también que "no tiene ningún sentido subordinar una parte fundamental de los pagos directos al cumplimiento de condiciones adicionales a favor del clima y del medioambiente", porque el agricultor y ganadero europeo es "el profesional agrario que más controles y requisitos en materia medioambiental y de bienestar animal debe superar de todo el planeta".
En este sentido, esta organización agraria ha resaltado que "el cumplimiento de estos requisitos solo puede contemplarse en el ámbito de medidas voluntarias y debidamente compensadas, nunca como medida obligatoria y punitiva". Por otra parte, Asaja cree que "la fijación de una reducción progresiva de los pagos a partir de los 150.000 euros, y su limitación total a partir de 300.000 euros de percepción de ayudas" obedece "más a criterios meramente políticos que a razonamientos económicos".
Alerta de riesgo de «situaciones injustas»
En vez de eso, la citada organización defiende "que sean beneficiarios de los pagos aquellos que realizan una labor productiva en las tierras, independientemente de su tamaño", así como advierte de que la vinculación de "pagos directos y renta total puede dar lugar a situaciones injustas". Además, Asaja cree que "las dos crisis alimentarias mundiales" y la alarma creada por la aparición de la bacteria 'E.coli' en Alemania, demuestran "la necesidad de tener a disposición de los agricultores y ganaderos mecanismos rápidos y eficaces de gestión de la oferta y de regulación de los mercados, ya que las materias primas alimentarias no se pueden dejar a merced de los vaivenes de los mercados".
Esta idea les lleva también a oponerse "a las intenciones de la Comisión, en contra de la voluntad de los principales países productores, de poner fin a la limitación de los derechos de producción de vino, del régimen de cupos de producción de remolacha azucarera o del sistema de cuotas lácteas". Por todo ello, y a pesar de que aprecia "buena disposición" en la reforma en lo referente a propuestas de "apoyo a los jóvenes agricultores y a la innovación aplicada a la agricultura a través de la transferencia de conocimientos", Asaja califica de "muy negativa" la propuesta para "los intereses agrarios europeos, y especialmente españoles".
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