miércoles, 9 de marzo de 2011
Nota de la Universidad de Alcalá
El método más común de adulteración del aceite de oliva consiste en mezclarlo con aceites de girasol o soja, mucho más baratos, lo que está prohibido expresamente por la normativa vigente. La adulteración, además de un fraude económico, supone un riesgo para la seguridad alimentaria porque existen aceites de materias primas, como la soja, que tienen un conocido potencial alergénico y pueden afectar a la salud del consumidor. De ahí la importancia de desarrollar estrategias analíticas sencillas y económicas que permitan determinar posibles adulteraciones.
Referencia bibliográfica: Determination of Trigonelline in Seeds and Vegetable Oils by Capillary Electrophoresis as a Novel Marker for the Detection of Adulterations in Olive Oils. J. Agric. Food Chem. 2010, 58, 7489–7496
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